“¡No corran, es una provocación!”,

y que estalla la masacre, recuerda Sócrates Campus Lemus

Por Ignacio Hernández Meneses

Ciudad de México.- Hoy con bastón en mano, el histórico y controversial líder del movimiento estudiantil Sócrates Campus Lemus, recuerda cuando fue el primero en gritar en alerta máxima, “¡no corran, es una provocación!”, y que revienta la masacre del miércoles 2 de octubre de 1968.

Con esta consigna, al sobreviviente Sócrates Amado Campus Lemus, se le escapan tres lágrimas, al recordar a sus compañeros de lucha masacrados en Tlatelolco la noche del 2 de octubre de 1968. Hoy pero hace exactamente 52 años, más de medio siglo de impunidad.

Fue el último orador del Consejo Nacional de Huelga (CNH) en utilizar el micrófono instalado en el tercer piso del edificio Chihuahua, repitiendo inútilmente: “¡no corran compañeros, es una provocación!”, cuando militares infiltrados y que portaban guantes blancos, empezaron a disparar contra la sorprendida e indefensa multitud estudiantil que sesionaba en la Plaza de las Tres Culturas.

Representante del Instituto Politécnico Nacional en el histórico movimiento estudiantil, el ex preso político en el Campo Militar número Uno –junto con su señora madre-, Campus Lemus, primero aceptó concedernos la entrevista, y luego empezó a recorrer su memoria, se llenó de nostalgia, inevitablemente lloró.
-Cincuenta años de historia…

“Que te digo, dan ganas de llorar… no es fácil, muchos compañeros perdieron la vida ante una traición que hizo el presidente de la República (Gustavo Díaz Ordaz), cuando ya habíamos tenido el acuerdo de parar el movimiento, de llegar a Tlatelolco y exponer las condiciones de los seis puntos del pliego petitorio… y nos puso la celada el Estado Mayor Presidencial. Se había tenido una reunión con los representantes del Presidente, Andrés Caso Lombardo y Jorge de la Vega Domínguez en casa del rector Javier Barros Sierra allí se acordó que se paraba todo y que no habría problemas, con la intervención de Echeverría (secretario de Gobernación), y Alfonso Corona del Rosal, quienes precisamente son los responsables de esa masacre, esa es la verdad, la única verdad”.

-Aún no se sabe de las cifras de muertos, heridos y desaparecidos.

“Nosotros afuera pedíamos la libertad de al menos 50 presos políticos y al final ya éramos 450, y la cifra de muertos es muy variada, no hay cifra real pero hemos hecho convocatorias para que vayan las familias y den sus testimonios y los que tenemos son los que están en la estela de Tlatelolco”.

Era una dictadura…

-El 1 de septiembre de 1969, en su penúltimo Informe Presidencial, Díaz Ordaz dijo que asumía su responsabilidad moral, política, jurídica e histórica…

“En una dictadura de esa naturaleza, por supuesto que podía asumir todas las responsabilidades que quisiera nadie le iba a hacer nada”.

-Testimonios califican que el 68 es el parteaguas de la historia contemporánea de México.

“Pienso que se avanzó en libertad de expresión, se avanza un poco en la democracia, en la libertad que ahora tenemos, pero eso no es una transformación, es un proceso que se vino desarrollando después del 68, la Reforma Política la hizo el gobierno para atemperar las inquietudes políticas de los jóvenes y que no le fuera a explotar la olla exprés pero no fue una conquista propiamente del movimiento estudiantil”.

-¿Qué hay de la versión de las “manos extrañas”, de la injerencia del Partido Comunista Mexicano, de la conjura de la entonces URSS?

“El PCM no pudo ni meter las manos. A ellos les cayeron antes, el PC siempre era el patito feo de cualquier proceso político y se les acusaba de todo. Fue víctima de las acciones del gobierno”.

-A usted se le acusa de ser delator del movimiento, de traidor.

“A ver, a ver, yo te quiero decir una cosa, no era un movimiento clandestino, todos nos conocíamos, ¿qué traicionas? ¿qué vendes? ¿un solo pendejo puede hacer eso?… qué poco Movimiento, eso fue una versión del propio gobierno”.

-¿Trabajó para el gobierno?

“Claro que sí, yo no soy hijo de burgués tengo que trabajar para mantenerme, para vivir. Se trabaja con la iniciativa privada o con el gobierno, no hay de otra. Cuando regresé del exilio mis compañeros de generación me ayudaron, en una ocasión me llamó el señor presidente Echeverría y me dijo que necesitaba gente para trabajar a finales de 1971”.

-¿Cómo era la libertad de prensa entonces?

“No había libertad de prensa, por eso lo prensa vendida… el único que tuvo la virtud de tener una visión de apoyar el movimiento fue Julio Scherer, la gente de “Excélsior”, que le costó su salida por una venganza de Echeverría. No nos aceptaban ni pagados nuestros desplegados. Jacobo Zabludovsky era el mensajero del gobierno. Un buen periodista, pero después de que lo jodieron de Televisa”.

-¿Usted cree en el proyecto de la Cuarta Transformación de la República?

“A ver, cuando ves a los ricos al lado de los líderes sociales ¿qué puedes entender?. ¿Tú crees que (Alfonso) Romo va dejar sus grandes empresas de Oxxo?¿van a quitar los refrescos para qué no sigan engordando a los niños?¿van a quitar la comida chatarra para que sea otro país?¿tú crees? Yo no creo. Ojalá que se dé ese cambio porque una desilusión nueva a este país, sería la mecha que detone la bomba para una revolución social”.

-Su definición de la izquierda mexicana de hoy.

“¿Cuál izquierda? ¿izquierda qué cobra con la derecha?

“¡No vivo del 2 de octubre…!”

Oriundo de Zacualtipán, Hidalgo, Sócrates nació el 13 de septiembre de hace 76 años. Estudiaba Economía, y fue uno de los 210 representantes estudiantiles. Planeó mítines, hizo pintas, convocó a marchas, colectas, rotuló pancartas, redactó desplegados y volantes. Fue también acusado de ser agente de la CIA y hasta de la KGB.

A medio siglo de impunidad, Sócrates no va a las marchas del 2 de octubre porque considera que no es un eterno líder estudiantil “ni vivo de eso”, pero lo ocupa para hacer oración por sus compañeros, vivos y muertos, cifra de masacrados que por cierto, a medio siglo, es un misterio.

Ha escrito 14 libros y diariamente escribe sus opiniones en la mayoría de los periódicos del país. Sufrió la tortura al lado de su madre que siempre lo apoyó en esta historia.

Rafael Lima Nava, Pablo Gómez Álvarez, Raúl Álvarez Garín, Gilberto Guevara Niebla y Marcelino Perelló fueron los líderes más destacados del Movimiento Estudiantil de 1968, y en este equipo Sócrates Campus Lemus cabe en la historia, por eso, ayer como hoy, este viejo y firme luchador social a 52 dos años de distancia, lanza la histórica consigna como buen mexicano al grito de guerra: ¡2 de octubre no se olvida!.

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